Fecal "el cansado" y la herencia de Pedro.
Regreso después de unas inmerecidas vacaciones. Bueno, al menos yo tenía dos años de no tomarme más de diez días, porque procuro darme dos o tres con frecuencia, no como el pelele, espurio, chapelén, sucio, incompetente, fraudulento y gerentillo llamado Fecal (para todos los que pensaban que había cedido ante su arrolladora autoridad presidencial) que después de la perpetuidad que le significa un mes de mandar militares a matarse con narcos, cosa que él llama trabajo, decidió tomar vacaciones por segunda vez (en diciembre ya había vacacionado en la isla de las golondrinas y con quien pensé tendría la desgracia de coincidir en Cozumel, afortunadamente al parecer se limitó a permanecer en la casa de descanso presidencial Quinta Maya en dicha isla. Ha de estar muy cansado el cabrón!
Hoy se recuerda con tristeza la muerte de el máximo ídolo mexicano. El panteón Jardín se atiborró de personas que honestamente, no se con que objeto, pierden su tiempo en actividades que no nutren ni su cultura, ni su economía, ni su círculo familiar.
No es algo personal contra Pedro Infante, él fue sólamente el más importante de muchos iconos y emblemas de la cruzada en pos de la sumisión de la clase pobre. Vaya, la división entre ricos y pobres no es nueva.
Siendo objetivos, el talento histriónico de Pedro no era el más aplausible, el acento, en ese entonces neoñero, que imprimía a sus personajes era forzado y muy lejano al pobre típico, muy parecido a lo que hizo otra pobretófaga conocida como Thalía. Insistir en roles de hiperjodido cuando ellos viven completamente en el polo opuesto. La burda y ridícula exageración de las carencias (usar un mecate de cinturón, por ejemplo) sólo exhibe el poco que interés que han tenido estos infames de conocer un poco del modo de sobrevivir a la miseria.
Del mismo modo, en ambos casos, el talento vocal tampoco es destacado. Muchos y muchas pensarán: "pero si Pedro cantaba divino!" Dejenme comentarles que no es así. Infante fue muy popular, sin embargo no le llegaría a los talones a Jorge Vargas o Javier Solís ni acompañado de cuatro clones en una
boy band, del mismo modo que Thalía sin tener la voz ni el talento de Egenia León o Christina Aguilera (chica que a pesar de ser muy comercial, tiene una gran voz), pueda vender muchos discos apoyada en un estereotipo de belleza pirateado de la madre de todas las chicas artificiales y superfluas: Marilyn Monroe, cuya aportación a la humanidad ha sido una sonrisa, y que consiste básicamente en poner siempre la misma jeta.
De este modo se nos ha inculcado un culto a la mediocridad, al conformismo, a idolatrar al seudo pobre y la adopción de el orgullo de ser pobre.
En sí no molesta que Pedro Infante haya cantado y actuado bien o mal, finalmente en gustos se rompen géneros (a diferencia de Thalía que sí resulta ser una molestía al intentar cantar y actuar). Lo desquiciante es la invariable y eterna imagen del mexicano que se parte el lomo día con día y jamás progresa, lejos de eso sólo recibe desgracias, mas pobreza, incendios, etc. La eterna condena a ser un pobre desgraciado y la clara delimitación de las clases sociales,
Nosotros los pobres ustedes los ricos, para que luego no se diga que es un concepto reciente. Cabe mencionar que el billete que sigue generando su música no es ni para su familia, ni mucho menos para los pobres, va directamente a sus otrora promotores. Descance en paz pues el buen Peter Child.
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