Si quieres pelear, que sea con las manos!: abril 2008

lunes, abril 14, 2008


Las chelas bien Helenas o el debate de ¿en qué ingaos nos gastamos el dinero de nuestro tesorito?


El único político que está defendiendo PEMEX se llama Andrés Manuel López Obrador. ¿ O a usted ya le preguntaron su opinión?.

Se pretende crear la ilusión que hay un amplio concenso de apoyo a la iniciativa energética. Los creadores de mercados están, nuevamente, equivocados. Mientras celebraban la ascención al trono de Pelelipe y Juana Camila, debajo, soterrado, esta creciendo el sentimiento que indica que hay que impedir la constante expoliación del patrimonio nacional (haiga sido como haiga sido).

Podemos comparar el uso, que de los recursos nacionales, hacen los avariciosos señores de la impunidad:

1) El espectro radio-eléctrico. ¿Quién puede decir algo en favor de los sitemas de televisión abierta, de la telefonía, o de los emisores de radio privados (de intelecto)?. Gracias a TELEVISA en México se repiten, incesantemente, vulgares imágenes en contra de las mujeres personificadas por adoctrinados émulos del Caballo Rojas, Polo-Polo, Jorge Ortiz de Pinedo o el Flaco Ibañez. ¿Quienes padecen la chabacanería de estas "estrellas"? Más de la mitad de la población. Es la televisión para los mexicanos jodidos, o mejor dicho, es la televisión para joder a los mexicanos.

2)La producción de energía eléctrica. ¿Alguien puede defender a Kamel Nacif, el verdadero dueño de la península de Yucatán, prestanombres de Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones y Patricio Patrón Laviada, vecino y aliado de Juan Mamilo Mouriño y de los Vázquez Raña?

3)La propiedad social y los terrenos nacionales. La estrategia de degradación de México y de los mexicanos continúa y no se limita exclusivamente a la calidad de los suelos, sino también se posa ahora sobre la propiedad social. Los enormes esfuerzos que hace el gobierno Federal por convertir las tierras ejidales en propiedad privada tienen dos filos y un sólo corte, por una parte, encarece el transporte de las materias primas y controla, en beneficio de los grandes especuladores (MASECA, BIMBO, PEPSICO, FEMSA) el precio de la producción agrícola; por la otra esclaviza a los labriegos con políticas que restringen sus posibilidades de producción. Los programas de SEDESOL, por ejemplo, limitan la entrega de recursos a la posibilidad de comer (para el presidente de la comisión técnica seguramente salir de la pobreza no significa aprender) o, como el caso de la SAGARPA, se apoyan exclusivamente proyectos productivos que tienen mercados saturados o que son una extensión de los monopolios agrícolas. El objetivo del gobierno federal no es darle "certeza al campo", el objetivo es -más bien- recortarle a los ejidatarios las posibilidades de acumular un patrimonio, se busca que vendan sus propiedades para crear nuevos latifundios y concentrar la propiedad en los elegidos de siempre.

Es decir la política social que se impulsa desde el ejecutivo pretende crear mexicanos adictos a los carbohidratos, la televisión y a los "empresarios exitosos". Curiosa forma de "éxito" la de personajes como Mouriño Atanés, Cabal Peniche, Carlos Slim, Jorge y Carlos Hank o la familia Bribiesca-Fox-Sahagún; todos ellos han utilizado el poder político para enriquecerse. Y hay otras fortunas que como el caso del señor Lorenzo Servitje, el principal infanticida de este país, que utiliza las normas oficiales mexicanas, en cuanto a alimentación se refiere, para producir alimentos de ínfima calidad que rayan en el envenenamiento.

¿Qué podemos esperar de Pelelipe? Nada, no se puede esperar nada. Lo único que entusiasma a Felipitito es ver a Juana Camila deambular por la oficina presidencial en sus taconcitos Ferragamo, luciendo su obsceno y ajustado traje Ermenegildo Zegna mientras se afila las uñas.

P.D. ¿Cómo hará la ibérica familia Mouriño para tener una flota marina con boyantes ganancias en un lugar donde la industria marítima ya no existe?..... Huele a tráfico, mucho tráfico.....No estoy triste-e, es el humo del cigarrillo que me hace reiiiiirrrr.